Por Sergio Killan, gerente general y socio de Edison

La pandemia con sus restricciones, el trabajo remoto, la implementación de tecnologías y la digitalización obligó a las organizaciones a exigir una nueva forma de comprender y ejecutar sus procesos, con la oportunidad de mejorarlos y de automatizar aquellos que no sumaban valor y le restaban tiempo a las personas para hacer otras tareas más importantes.

Como todos sabemos, el home office ya dejó de ser tendencia para transformarse en una realidad cotidiana. Más allá de que haya algunos trabajando 100% remoto o que otros hayan adoptado la modalidad híbrida, en cualquier caso las organizaciones debieron enfrentar el desafío de mirar, pensar y redefinir sus procesos para que todos los colaboradores puedan trabajar sin importar su ubicación u horario. Y para lograr esto, fue mucho lo que se debió automatizar. De hecho, según un estudio publicado por la revista MIT Technology Review, siete de cada diez empresas de América Latina están invirtiendo en automatizar sus procesos. Y esto es algo que se ve claramente  en la industria del e-commerce y la logística, pero también lo hicieron sectores más tradicionales como la autopartista, donde se llegó a implementar maquinaria para preparar automáticamente los pedidos online, reduciendo las posibilidades de rotura y error humano, agilizando los tiempos y liberando a los empleados de los trabajos repetitivos para asignarles responsabilidades de mayor valor agregado.

Si  miramos con mayor detenimiento, encontramos que las distintas organizaciones de Argentina, Chile, México, Colombia, Brasil y Perú buscaron automatizar con la finalidad de reducir riesgos operativos (47%) o para evitar errores humanos (65%). En este sentido, las principales áreas impactadas son las de operaciones (75%), seguida por finanzas, ventas y marketing, atención al cliente  y finalmente recursos humanos. Este último grupo implementó y digitalizó la nómina de sueldos, los informes de cumplimiento normativo, los procesos de reclutamiento y la administración de beneficios. Mientras que en el área de finanzas,  se automatizaron los procesos de cobranza, los reclamos de incentivos, las órdenes de venta y la configuración de proveedores de la cadena de suministros. 

Pese a tanta automatización, nadie perdió su trabajo por esto, mostrando que el  miedo que viene acechando hace varios años a la mente de las personas está lejos de realizarse. Sin embargo, según un informe de Boston Consulting Group y The Network, 6 de cada 10  empleados nota que esta tendencia comienza a hacerse sentir en la definición y alcance de cada posición laboral, ante lo cual existen dos posibles caminos:  aprender nuevas habilidades que se adapten mejor a los puestos actuales, conocido como upskilling, o adquirir nuevas habilidades para un trabajo completamente diferente, llamado reskilling.  

Este proceso de aprendizaje y transformación se convertirá en una parte recurrente de nuestro futuro, porque la minería y rediseño de procesos así como su automatización han llegado para quedarse. No se trata de una moda o de un recambio tecnológico. De hecho, aún con todo lo hecho en estos 24 meses de disrupción, Gartner proyecta que para 2024 habrá más demanda de automatización, y que los principales demandantes de esto serán áreas no vinculadas con IT. Esto explica inclusive por qué se prevé que el tamaño del mercado mundial de automatización de procesos robóticos alcance unos 23.900 millones de dólares en 2030 y que crezca a una tasa de crecimiento anual compuesta (CAGR) del 27,7% entre 2021 y 2030.

Por todo esto, sin aún tu organización no ha iniciado un proceso de minería y automatización de procesos es momento de pensar si no hay una oportunidad que no están viendo o si sus competidores no están construyendo una ventaja competitiva que les dé un diferencial en el mercado.

Y si ya han comenzado a hacerlo, la pregunta que cabe es cuán involucradas están las otras áreas de la organización en conocer y entender los alcances de esta nueva forma de pensar el negocio. 

Posiblemente las preguntas sobre el futuro de cada empresa puedan conocerse a partir de entender dónde está hoy la organización en materia de gestión de procesos.