El término Economía Creativa o Economía de la Innovación, también conocido como Economía Naranja por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), se refiere a las actividades que permiten transformar ideas en bienes y servicios culturales, innovadores y creativos. El fenómeno atraviesa a todas las industrias desde la farmacéutica y automotriz a la aeroespacial y energética, por nombrar algunas. Su protección a través de derechos, lo que conocemos como propiedad intelectual, permite la comercialización de obras creativas, inventos, creaciones artísticas y mucho más.
Para las personas que no están familiarizadas con este concepto, la Economía de la Creatividad y de la Innovación comprende a profesionales de una amplia gama de especialidades como: ingeniería, marketing, tecnología efectos especiales, ciencia, procesos, proyectos y más. Esto le da la oportunidad a creadores e innovadores de colaborar tanto en industrias creativas como tradicionales, que requieren ingenio e innovación para mejorar y/o resolver problemas complejos tanto de productos existentes, por desarrollarse o devenidos de sus procesos de negocio.
La aparición del COVID-19, en tan sólo meses, nos obligó a cambiar nuestros hábitos, la manera de relacionarnos y nos forzó a trabajar bajo metodologías que no estábamos acostumbrados y que hasta ese momento parecían disruptivas e imposibles de implementar en el tiempo que debieron ser adoptadas.
La crisis sanitaria también paralizó la actividad económica, afectando profundamente a todo tipo de industria y especialmente a las no esenciales como las Industrias relacionadas a las Actividades Culturales y Creativas (ICC), las cuales han presentado pérdidas millonarias por la cancelación de espectáculos, conciertos y proyectos relacionados a dar respuesta a necesidades de todo tipo de industria. Este último punto es producto de la redistribución de presupuestos, la cancelación de proyectos planificados producto de la crisis y la inactividad de industrias no esenciales que fueron imposibilitadas de trabajar normalmente en algunos casos o en lo absoluto en otros.
Para minimizar parcialmente el impacto del coronavirus en la Economía Creativa y de la innovación, varios gobiernos de Latinoamérica han puesto en marcha distintas medidas para proteger emprendimientos creativos, museos y colaboradores.
Según detalla el BID, algunas medidas son:
- Argentina: El Ministerio de Cultura lanzó una serie de medidas bajo el eslogan “En tiempos de emergencia: Cultura de la Solidaridad”, que comprenden apoyo económico y técnico para organizaciones y colectivos comunitarios.
- Chile: El Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio anunció la distribución de aproximadamente US $17 millones al sector creativo y la prórroga de convenios.
- Colombia: Se destinaron cerca de US $30 millones para cubrir la seguridad social de artistas y gestores culturales a través del programa de Beneficios Económicos Periódicos (BEPs) Naranja.
- Jamaica: El gobierno de este país creó un paquete de estímulos para ayudar a los individuos y negocios creativos registrados ante el Ministerio de Cultura, Género, Entretenimiento y Deporte, dado que estos reportaron más de US $100 millones en pérdidas.
Por otro lado, el Senado de Estados Unidos, aprobó un acuerdo de estímulo federal de US $2 mil millones. Este paquete incluye US $75 millones para el National Endowment for the Arts y US $75 millones para el National Endowment for the Humanities. Asimismo, se asignarían otros US $50 millones al Instituto de Servicios de Museos y Bibliotecas, que distribuirá los fondos entre dichas instituciones. Por último, varios países del mundo han asignado fondos de rescate para las Industrias Creativas y Culturales o han establecido moratorias en el pago de impuestos y cotizaciones de seguridad social para trabajadores creativos.
Cada vez más organismos y personas reconocen el potencial del sector creativo, entendiendo su capacidad de impactar a la sociedad más allá del aspecto económico. Por eso, es importante trabajar en el diseño de operaciones que puedan mitigar los impactos de la cuarentena en toda la cadena de valor de la Economía Naranja.
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